Educando Entre Mundos

¿Alguna vez has estado en un punto de tu vida en el que tu cuerpo, mente y alma te piden cambio? 

Así me he sentido yo durante mucho tiempo en todo lo referente a mi mundo como profe en las redes sociales y como #teacherpreneur. Quien me conoce sabe que los cambios, no importa cuan necesarios sean, no los acojo con mucho entusiasmo. Me cuesta mucho dar el primer paso hacia algo diferente, pero hacía tiempo que venía rondando por mi cabeza que ya estaba un poquito cansada de que me etiquetaran en publicaciones de tapas, cuando yo lo que quiero es conectar con profes y no pensar en comida todo el día. 

Siempre le estaré agradecida al nombre Tapas for Two (de hecho lo mantengo en mi tiendita de Etsy), pero era hora de buscar un nombre más acorde con mi visión. 

¿Por qué Educando Entre Mundos? Durante meses  he ido jugando con diferentes nombres en mi mente. Repitiéndolos una y otra vez, esperando eso que dicen que cuando es EL NOMBRE, lo sentirás dentro de ti (see what i did just there?) Nada, nombre tras nombre y nada... Y de repente en una conversación con una gran amiga, filosofando de la vida, hablamos de cómo nuestras vidas están en equilibrio entre los diferentes mundos de los que formamos parte. 

Mi vida siempre ha estado a caballo entre diversos mundos… New Jersey y España, mi casa y la escuela, mis hijos y mis estudiantes, el español y el inglés… Cada mundo forma parte de mi persona, de lo que soy como maestra, como madre, como esposa, como mujer. Estos mundos coexisten y se respetan. Estos mundos me definen, me hacen mejor profe, mejor ciudadana y sobre todo, mejor ser humano. Al menos ese es el plan, aunque seguro que hay alguien por ahí que no opine lo mismo. 

Mi mundo principal tiene a mi familia como centro y es por ellos y para ellos que mis otros mundos giran. La educación y la enseñanza es algo que corre por mis venas, innato. Nací para ser profe, aunque en algún momento de mi vida me haya planteado la posibilidad de ser bióloga. Así que Educando Entre Mundos me parece el nombre perfecto para poder compartir contigo todas las ideas que tengo en la cabeza; y déjame decirte que mi cabeza no para de dar vueltas, siempre pensando, siempre maquinando… 

Te agradezco muchísimo que estés ahí, que tengas el interés de conectar conmigo, que me dejes entrar un poquito en tu vida. Espero aportarte ideas, reflexiones y alguna que otra risa. Al fin y al cabo, tú eres parte de uno de mis mundos; gracias. 

P.D: ¿Qué me dices de los logos tan bonitos que me ha hecho mi marido?